Las partidas siempre son tristes, y más en aquellos que dejan huella, y huellas en el corazón, y más cuando si es en el corazón de toda la Iglesia, como fue con DIEGO BURGOS, un siervo de DIOS, QUE SIEMPRE CON ALEGRÍA DABA TODO SIN ESPERAR NADA, COMPARTÍA LO QUE TENÍA. Nos ha tomado la delantera, por eso y todo lo que nos dejaste, Hasta Pronto Diego, tu carrera ha terminado.
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